Los cambios internos producidos en Roma, fundamentalemente a partir de las conquistas de la plebe, fueron acompañados de un proceso de expansión de dicha cultura por el Mediterráneo, luego de una primera etapa durante la cual se afirmó el dominio sobre toda la Península Itálica. El control peninsular se logró entre los siglos IV a.C. y III a.C. A partir del año 275a.C. el sur de Italia, región conocida como la Magna Grecia, fue conquistada y, a partir de allí, siguieron el mismo camino la zona de Cartago, Macedonia, Siria y la totalidad de Grecia. El ejército romano fue fundamental en la formación del Imperio.
La expansión benefició a Roma al permitirle obtener mayores recursos, fruto de los impuestos que abonaban los pueblos sometidos, al tiempo que el Estado Romano se apropió de gran parte de las tierras de los mismos. por otra parte los prisioneros de guerra se convirtieron en esclavos, parte de los cuales ingresaban por la fuerza al ejército, mientras que otros eran comercializados en el mercado esclavistas, diferenciandose a los que serían utilizados en tareas de fuerza, la agricultura y las tareas artesanales, de aquellos cuya formación les permitieron desempeñarse como médicos, secretarios o en tareas de educación.
La conquista implicó la asimilación, por parte de los territorios sometidos, de las costumbres de la metrópolis, el derecho romano, la difusión del latín, la construcción de teatros, acueductos, puentes, caminos demás características de las cultura dominante. Dicho proceso, que se conoce como "Proceso de Romanización", fue posible gracias a que muchos habitantes de las provincias se integraron al ejército, al mismo tiempo que muchos soldados dejaron las filas del ejército para establecerse en las nuevas tierras. Además, las legiones acampaban durante mucho tiempo en cada región, transmitiendo su cultura. Asimismo, muchos comerciantes acompañaban al ejército con el objetivo de beneficiarse económicamente del imperialismo, intercambiando constumbres con las nuevas provincias. Una situación similar fue protagonizada por los campesinos que huían, escapando de alguna deuda o los colonos, quienes llevaban consigo su lengua, costumbres y creencias.
No todos los romanos se vieron igualmente beneficiados de la expansión imperial. Por un lado, los patricios y los plebeyos ricos (orden senatorial) se enriquecieron y accedieron a los más altos cargos de gobierno. Los plebeyos ricos formaron por sí mismos el orden de los caballeros (orden ecuestre), que entregaba por adelantado al gobierno lo que éste esperaba recaudar por impuestos, y ellos luego se encargaban del cobro de los mismos, aumentando la carga sobre las provincias, las cuales, además, debían soportar saqueos y abusos. En cambio los campesinos, que acudían a las guerras como soldados, convocados por el gobierno, debían desatender sus cosechas y se empobrecían, además de sufrir los destrozos que significaba el pasaje de los ejércitos por sus tierras. Esta situación provocó un aumento de las deudas y los impuestos (ya que el Estado debía cubrir sus crecientes gastos militares y burocráticos), obligando a estos pequeños propietarios a vender sus tierras, situación que contribuyó a enriquecer más aún a los ricos terratenientes. Despojados de sus tierras, migraban a las ciudades donde se convertían en mano de obra desocupada.
La concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos (los más ricos se apropiaron de la mayor parte de la tierra fértil) y el embrecimiento creciente de los campesinos, provocó una profunda crisis en Roma. Un representante de la plebe, el Tribuno Tiberio Graco propuso una serie de reformas para superar la situación, las cuales fueron resistidas por el Orden Senatorial, berneficiados por la situación anteriormente descrita. Su proyecto estaba compuesto por medidas tendientes a proteger los derechos de los campesinos, limitándo la extensión de los latifundios y repartiendo tierras del Estado a los ciudadanos que las habían perdido. El asesinato de Tiberio Graco detuvo las propuestas, las cuales se reactivaron diez años más tarde cuando su hermano, Cayo Graco las retomó, impulsando la creación de colonias agrícolas y la venta de trigo a precios populares, para los más necesitados. Como respuesta, el partido senatorial provocó una serie de revueltas que terminaron con la muerte de todos los partidarios de los Graco y el suicidio de Cayo.
Las victorias militares habían posibilitado el aumento del prestigio de los jefes de ejército, los cuales comenzaron a acceder al poder, desplazando al Senado y formándose un triunvirato. Uno de sus integrantes, Julio César, desencadenó una lucha civil que termino con su nombramiento como dictador vitalicio y la concentración de todo el poder en su persona, situación que se mantuvo hasta que el mismo fue asesinado en el año 44 a.C. Tras su muerte, se formó un nuevo triunvirato, pero las disputas internas entre sus miembros provocó una nueva guerra civil, en la cual triunfaron las fuerzas de Octavio, quien concentró todo el poder en sus manos recibiendo el título de Augusto (a partir de ese momento asumiría los más altos cargos políticos, militares y religiosos) y poniendo fin al período de la República, para dar paso a la etapa Imperial.
Durante su gobierno, Augusto adoptó medidas para neutralizar los aspectos más conflictivos, estableciendo la paz social, previniendo levantamientos del ejército y pacificando las provincias. Este período se conoce como Pax Romana. Entre las disposiciones adoptadas podemos resaltar las siguientes:
- Licenció a la mayor parte de las tropas
- Entregó tierras a gran parte de los soldados licenciados
- Ubicó las legiones en las regiones fronterizas, fundamentalmente las más conflictivas.
- Realizó traslados periódicos de los oficiales del ejército para evitar que lograran una relación demasiado estrecha con sus tropas y se levantaran contra el gobierno.
- Creó tribunales para controlar la tarea de los gobernadores de las provincias.
- Estableció un sistema de impuestos donde cada provincia pagara de acuerdo a sus posibilidades.
- Pacificó las regiones conflictivas, mejorando las relaciones con aquellas zonas que estaban enfrentadas al gobierno romano.
En el año 235 d.C. se inició la crisis que acabaría con el Imperio y con el esplendor de la Roma Antigua.
La extensión de la superficie del Imperio hizo muy difícil su control, enlenteciendo las comunicaciones y dificultando la vigilancia sobre los funcionarios de las provincias. la integración de "bárbaros" al ejército debilitó la lealtad al Emperador. Los ejércitos comenzaron a rebelarse frecuentemente al gobierno Imperial. Esta situación obligó a un traslado más frecuente de las tropas que dejó desprotegidas las fronteras y la línea que separaba al Imperio Romano de los Bárbaros, se debilitó permitiendo el avance de pueblos "no romanos".Estos pueblos, de tradición agrícola, se fueron instalando por diferentes regiones del territorio, saqueando las ciudades y rompiendo la unidad de la región mediante la creación de reinos que se mantuvieron incomunicados unos de otros. Los campesinos, cansados de los impuestos cada vez mayores se rebelaron contra el gobierno imperial y el Imperio comenzó a desintegrarse, dando comienzo a una nueva época histórica, la "Edad Media".
A partir de la lectura del texto:
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Conquista; expansión; dominio; imperio; asimilación, despojar, migración, burocracia, revuelta; neutralizar; lealtad; licenciar, bárbaro; saquear.
Responder:
1) ¿Qué proceso acompañó a las conquistas de la plebe?
2) ¿Por qué regiones se expandieron los romanos?
3) ¿De qué manera la expansión benefició a Roma?
4) ¿En qué consistió el "proceso de Romanización"?
5) Elaborar un cuadro que explique de qué manera influyó la formación del Imperio en la economía de los órdenes "senatorial" y "ecuestre", así como en el de los campesinos.
6) Cuáles fueron las reformas propuestas por los hermanos "Graco"?, "que consecuencias tuvieron?
7) ¿Qué fue la "Pax Romana"?; ¿cuáles fueron las medidas tomadas por Augusto para lograr la pacificación?
8) ¿Cuáles fueron las causas de las crisis del siglo III d.C?
9) ¿Qué acontecimiento provocó dicha crisis?
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